Luca: una suave brisa de verano
- Juani Fissore
- 13 jul 2021
- 2 Min. de lectura
La película Luca, estrenada el pasado 16 de junio, viene a refrescarnos aquellos recuerdos y sentimientos de lo vivido. Está producida por Pixar Animation Studios y dirigida por Enrico Casarosa.

Será por sus personajes carismáticos, excelentemente logrados desde el punto de vista del dibujo, por la historia de amigos que retrata, por los paisajes pintorescos y bellos que ilustra, por los sentimientos que transmite la película, por hacer extrañar al verano.
Por todas estas cosas y muchas más, Enrico Casarosa logra reflejar todo lo que sintió en su infancia en la hora y 35 minutos que dura la cinta, descontando las horas que llevó en producción.
La película está ambientada en la Riviera Italiana entre los años 50 y 60. Éste no es un dato menor, ya que varios artistas fueron enviados hasta ese lugar para conocer la cultura y los paisajes que luego se reflejaron.
Los dibujos y la animación se realizaron a partir de obras dibujadas a mano y en stop motion, con una influencia muy importante de Hayao Miyazaki, a tal punto de que Casarosa manifestó “que se trata de un homenaje a Federico Fellini y a otros cineastas italianos clásicos con una pizca de Miyazaki en la mezcla”.

Otro aspecto que está profundamente bien logrado es la banda sonora. En ella se puede apreciar perfectamente lo que busca transmitir: la cercanía con el espectador del lugar donde el director pasó su infancia, que tranquilamente se podría trasladar a cualquier verano que haya pasado quien vio la película. Además, la utilización de melodías características de la música italiana, sumando referencias a canciones clásicas.
El encargado de realizar la banda sonora de la película fue Dan Romer, productor y compositor estadounidense. Además, cuenta con la participación de María Callas, Gianni Morandi o Rita Pavone, entre otros.

La combinación de la animación, la banda sonora y la historia que cuenta la película, produce una sensación bellísima a la hora de terminarla de ver y al mismo tiempo, las ganas de que no termine.
La película no sólo cuenta una historia de amigos (Luca, Antonio y Giulia), sino también los valores y sentimientos que puede llegar a producir la amistad. Y así como hace recordar los veranos de la infancia, también rememora esas amistades, que, en muchos casos, se mantienen durante toda la vida.
Luca mantiene al espectador siempre “enganchado” a lo que va sucediendo, en gran parte, como resultado de lo comentado anteriormente, pero es llegando y durante el final que se produce un sentimiento hasta ahora oculto, que es la emoción. Creo que es lo que termina de hacer que sea una película espectacular y muy recomendada de ver.
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