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¡¿Qué onda, muchachada?! ¡Volvimos! Sí, ni nosotros lo podemos creer. No sabemos cómo, pero volvimos. Ahora ya nos conocen, saben de qué se trata todo esto y de dónde sale. Pero, ¿de dónde salimos nosotros? Somos un equipo creativo conformado por tres integrantes. Ehh, no, perdón. Somos dos. ¿O somos tres? Realmente no puedo decirlo, siento que algo anda mal. Tengo la sensación de que somos tres, pero acá veo que somos dos. No entiendo que está pasando, Matrix está fallando. Sea como sea, nos conocimos en la universidad. Un caluroso primero de diciembre de 2015, día en el que rendíamos Lenguajes II, materia de segundo año de nuestra carrera en la cual se estudiaba semiótica. Mati se había mandado a rendir solo, y realmente no se lo veía muy confiado, entonces le pregunté muy amablemente (acabo de revelar mi identidad, mierda) si quería formar grupo conmigo y otro compañero cuya nariz data de proporciones nada envidiables. Como no podía ser de otra manera, salimos de ése examen con un nueve cada uno, y así nos conocimos. Todo marchaba bien, hasta que se le ocurrió decirme que estaba esperando la reedición de Rurouni Kenshin por parte de Ivrea. A partir de ahí, ya nada fue lo mismo. Y así pasó, aunque sigo sintiendo esa imperiosa necesidad de contar cómo conocimos al tercer integrante…. ¡El único problema es que no hay ningún tercer integrante! ¿O sí?