God of War, el Dios del Hack ‘nSlash que nos regaló la PS2
- Juani Fissore
- 3 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 jun 2021
God of War fue un juego publicado en el año 2005 para la ya exinta PlayStation 2, de la mano de Santa Mónica Studios, una empresa que no dudó en tirar toda la carne al asador y exprimir la consola de Sony hasta la saciedad, presentándonos uno de los títulos más respetados de dicha generación de videojuegos.

El programa era una aventura en tercera persona ubicada dentro del Hack ‘n Slash, que lo volvía un machacabotones inmejorable, cargado de una violencia descomunal y extrema, bastante por encima de lo que se estaba acostumbrado a ver en videojuegos por ese entonces, incluso contábamos con momentos de sexo duro.
La historia, ambientada excelentemente bien en la mitología griega, se centra en Kratos, un guerrero al mando del ejército espartano quien, en el medio de una batalla, se ve sobrepasado por el enemigo y, ante su inminente derrota, hace un pacto con Ares, el Dios de la Guerra, mediante el cual éste le perdona la vida y acaba con todo el bando contrario, a cambio de contar con los servicios de Kratos para sembrar el terror en Esparta y provocar, según la tradición, la guerra.

Así, Kratos comienza a masacrar pueblo por pueblo enceguecido por la ira embestida por Ares, hasta que, sin percatarse de nada, asesina a su esposa e hija. El dolor y la rabia de Kratos es tal que logra romper la atadura que tenía con Ares y jura, frente a todo el Olimpo, asesinar al Dios de la Guerra.
La jugabilidad de este titulo es una barbaridad. Lo frenético de los combates y el nivel de violencia extremo llevan a que el juego se vuelva impresionante, todo esto sin contar el hecho de que, a medida que avanzamos, vamos aprendiendo y desbloqueando nuevos movimientos y habilidades con las que masacrar todo lo que se cruce, enfrentándonos a criaturas de lo mas variadas e, incluso, a mismísimos dioses que dotan de una epicidad muy pocas veces lograda en otros títulos.

Pero esta velocidad de ataques no lo son todo, ya que estamos hablando de un plataformero hecho y derecho. Tenemos muchísimos momentos de ingenio en los que hay que pensar bastante si se quiere avanzar. El nivel de puzzles está muy bien llevado y puede trabar durante horas incluso al jugador mas avispado.
God of War quedó grabado en la retina de todo aquel adolescente que gozó de una PlayStation 2 en su día y que merece seguir siendo recordado como uno de los mejores juegos de su época, además de escupir una franquicia que dio lugar a tres secuelas y un reboot.
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