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Backbone: pixel art, detectives y mapaches

  • Foto del escritor: Juani Fissore
    Juani Fissore
  • 6 jul 2021
  • 2 Min. de lectura

Backbone es un juego desarrollado por EggNut, una compañía de juegos indie (es decir, hecha por pocas personas). Es un videojuego que jugué hace relativamente poco y que realmente hizo que volviera a disfrutar jugar, como hace rato no lo hacía. Nos proyecta un mundo distópico gobernado por animales antropomórficos. Se trata de un universo rico, bien construido y llamativo, donde existe todo un sistema político entre los distintos animales, contando con clases sociales y hasta religión.



En el juego encarnamos en el detective privado Howard Lotor, quien es un mapache. Todo comienza cuando una clienta lo llama para un singular encargo: descubrir si su marido le está siendo infiel, ya que nos cuenta que tiene sospechas (porque llega tarde, no lo encuentran a veces en el trabajo, etc.). Como nuestro primer caso tendremos que salir a la calle a recorrer y preguntar a las personas si lo han visto según las descripciones dadas, posteriormente Howard descubriría que su caso lo llevará muchísimo más lejos que resolver un simple caso de infidelidad.


Las ciudades, los distritos, la estética noir, la iluminación, la atención al detalle reinan en Backbone, es un juego donde querés detenerte por un segundo a apreciar el mundo, aunque el deber por hallar justicia siendo un detective llame. El mundo del juego es simplemente hermoso y detallado, además de poseer una iluminación y reflejos excelentes.



La trama es muy interesante. Aunque tiendo a aburrirme muy fácil últimamente con los juegos, Backbone me tuvo enganchado hasta el final. El juego tiene muy buen guion, ya que tiene múltiples opciones para darle la personalidad a nuestro protagonista según nuestros deseos y esto cambia levemente como la historia se comporta. Está constituido en 5 actos (incluyendo el prólogo que es tomado como acto 1 dentro del mismo).


Backbone supuso un soplo de aire fresco al ya atestado mercado de los videojuegos, sobre todo en cuanto a historia y estética, donde destacan sus ya mencionados componentes noir (ambientes nocturnos y urbanos) y su banda sonora, muy bien aplicada y original. Algo difícil de ver, y que no suene a una copia genérica de otro juego o género es un logro significativo.



Sin embargo, no todo es color de rosa. El juego tiene un final… ¿cómo lo explico? Que duele. Es como una especie de traición hacia el jugador: abierto, ligeramente incongruente con la historia, vacío de significado, como si no hubieran sabido como terminar el juego. No por eso el juego es malo, ni mucho menos; es muy disfrutable el viaje que nos propone, con los puzzles, las personalidades de los personajes (que están muy bien labradas) pero, justo al final, la magia del juego nos abandona. Es como acariciar un fino tejido de seda y de repente tocar una lija de pared.


Así y todo, no puedo más que recomendar el juego, ya que me dejó sensaciones muy bonitas y me hizo feliz; además, pienso que los desarrolladores evidentemente tienen muy buenas ideas y, por sobre todo, frescas. Todos cometemos errores, eso es innegable. Solamente me queda esperar que esta experiencia suponga un aprendizaje, porque el juego tenía un enorme potencial, pero al final se desaprovecha y mucho.



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