Entre viñetas y cámaras
- Juani Fissore
- 9 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 jul 2021
Hoy en día, el cine de superhéroes ha crecido a pasos agigantados. Muchos niños crecen viendo a los héroes en acción real, y los más veteranos ansían ver como sus personaje favoritos saltan de las viñetas del cómic a la gran pantalla. Pero ¿cómo es todo este fenómeno posible?

El cómic nace en EEUU a finales del siglo XIX en un marco de expansión de los medios de comunicación y fue tal el impacto que tuvieron en la cultura popular que llegaron a un punto que, en conjunto con las nuevas tecnologías, sus personajes fueron capaces de traspasar las fronteras del papel para convertirse en estrellas de la industria cinematográfica.
Cabe aclarar que las películas basadas en cómics no son algo propio de estos últimos tiempos, aunque si bien ya existían algunas adaptaciones como el Superman de Christopher Reeve y el Batman de Tim Burton, todo se inició junto con el nuevo milenio de los 2000, cuando el director Bryan Singer trajo a la luz la primer cinta de los X-Men, una película que fue bien recibida por la crítica y amada por la gran mayoría de sus fanáticos. Esta producción permitió asentar las bases de lo que hoy conocemos como “cine de superhéroes” y Singer mostró a los demás directores que trasladar un cómic a una película era posible (y altamente rentable…).
A esta película la siguieron Spider-Man, en 2002, dirigida por Sam Raimi, Hulk de Ang Lee, y Daredevil, de Mark Johnson, ambas de 2003, siendo las puntales de este nuevo resurgimiento. Los años pasaron… y aquí quiero hacer un paréntesis en el 2005, año en el que Christopher Nolan presentaría Batman Inicia, la primera película de una trilogía que dejaría en claro que los superhéroes no son siempre cosa de niños (basta con comparar las versiones del Joker interpretadas por Jack Nicholson y Heath Ledger) y podían tomarse como algo serio.
Pero no sería sino hasta el año 2008 donde el cine de superhéroes se consolidaría en un género como tal, con la aparición de la película de Iron Man y el posterior desarrollo del Universo Cinematográfico de Marvel. Por si fuera poco, al año siguiente, Ledger ganaría el Oscar al Mejor Actor de Reparto por su participación en The Dark Knight.

Ahora bien ¿está el cine destruyendo la industria del cómic?
Evidentemente, el creciente éxito de las producciones cinematográficas genera una mayor fuente de ingresos, pero ¿qué hay de malo en eso? La cuestión radica en que las grandes editoriales se ven sometidas a un vínculo de dependencia respecto a sus productoras audiovisuales, que se ve reflejado en la toma de decisiones y financiamiento. El ejemplo más claro se da en el hecho de que en el último tiempo tanto Marvel como DC se han visto obligados a reescribir sus respectivos universos para adaptarlos a las historias de las películas.
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