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Retrospectiva a Alien 3: el primer paso en falso de la saga

  • Foto del escritor: Juani Fissore
    Juani Fissore
  • 4 sept 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 2 jul 2021

Siguiendo con esta serie de reseñas, ha llegado el turno de Alien 3. Recordada por la mayoría como el primer traspié de la saga, hoy toca responder a la incógnita ¿en verdad fue tan mala?



La historia comienza mostrándonos qué sucedió con los supervivientes de la peli anterior cuando logran derrotar a la Reina Alien. Ripley, Hicks, Newt y el androide Bishop habían conseguido escapar en una nave, pero se nos muestra que un huevo quedó intacto y un abrazacaras surge de él. Acto seguido nos encontramos con un planeta de paisajes bastante desoladores, plagados de maquinara de minería. Un grupo de personas está de expedición, cuando de repente ven una cápsula caer al mar.



Luego de una pequeña elipsis se revela que Ripley es en realidad la única superviviente. Paralelamente se muestra como un segundo abrazacaras también logró sobrevivir al impacto, y termina germinando a un perro. Y aquí quiero hacer un paréntesis, porque hay elementos que pueden dar lugar a confusiones. El hecho es que existen dos versiones de la película, la que yo vi -donde cagaba fuego el rope- y una especie de director’s cut, donde la víctima es una vaca. En fin, cuestión que después de cierto tiempo un nuevo tipo de xenomorfo aparece, cuadrúpedo y bastante veloz, que obviamente empieza a hacer de las suyas.



De buenas a primeras, el concepto mismo de la película es bastante interesante. Alien 3 nos propone un regreso a los orígenes, optando nuevamente por una temática más ligada al thriller que al cine de acción mostrado por su antecesora. Incluso se vuelven a repetir ciertos elementos vistos anteriormente, como pueden ser la locación aislada (un planeta prisión) o la presencia de un único xenomorfo que acecha al grupo de protagonistas.



El manejo de personajes es bastante desconcertante por momentos. Que Ripley fuese la única que quedó me resultó una decisión relativamente sorpresiva, puesto que de un plumazo (literal) se sacaron de encima a los personajes más importantes de la entrega anterior, dejándola como una completa y total pérdida de tiempo. Algo así en plan para qué carajo renegaron tanto si al final se iban a morir… y encima fuera de cámara. No es que esté del todo en contra del suceso, la muerte de un personaje es normal (más en el universo de Alien), pero hubiera sido interesante al menos tener un vistazo de los hechos.



Ripley tal cual no se queda atrás. Se nos muestra mucho más paranoica y cerrada que en ocasiones anteriores, llegando a tomar decisiones que resultan, cuanto menos, dudosas; como el hecho de guardar silencio acerca de lo que está pasando hasta ya bastante avanzada la película. Finalmente parece encauzarse en su rol característico y toma la batuta en contra del xenomorfo. El resto de personajes, sin embargo, resulta bastante olvidable.



Se agradece nuevamente el enriquecimiento del lore de Alien. La inclusión de una nueva especie de xenomorfo, el runner, nos da a entender que no todos son iguales, sino que el resultado de la incubación de éste depende del huésped. Un acierto en buena medida, aunque eso sí, que esté generado en CGI hace ruido por todos lados. Más aún cuando la saga se caracterizó siempre por tener un maquillaje y diseño de monstruos brutal.


En la suma, no hay duda de que esta entrega de la saga Alien palidece en comparación con sus antecesoras. Aun así, nos encontramos con una película relativamente disfrutable, lejos de ser el bodrio que la mayoría recordábamos. Si hay una forma de definir esta tercera parte, sería la típica “buenas ideas mal ejecutadas”. A esta altura, a nadie le es ajeno los problemas de producción por los cuales pasó el desarrollo de Alien 3, por lo que el resultado que cabría esperar es al menos entendible.


Pd: el juego de esta peli para la Sega Génesis era una bomba.



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