Cowboy Bebop, la serie que se volvió un género en sí mismo
- Juani Fissore
- 3 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 jun 2021
Cowboy Bebop es, sin duda, una de las grandes joyas que nos dejó la edad dorada del animé. A continuación, vamos a repasar algunos de los elementos que la hicieron destacar, llegando a considerarse como un género en sí mismo. ¿Preparados? 3, 2, 1… ¡Let’s jam!

La serie nos presenta un mundo futurista ambientado en el año 2071, donde la humanidad ha llegado a colonizar otros planetas. La Tierra, por caso, fue devastada en un accidente involucrando un desperfecto en una puerta espacial cercana. Así encontramos a nuestro cuarteto principal, un grupo de cazarrecompensas (también llamados cowboys) a bordo de la añeja nave Bebop.
La dirección corrió a cargo de Shinichiro Watanabe. Hay que DESTACAR -bien con mayúsculas- el trabajo de este señor, cuya visión tan particular insufló al animé con un aire tan novedoso como atrapante. La narrativa de la serie rompe con lo convencional en el sentido que no sigue una historia estrictamente lineal. Cowboy Bebop consta de sólo 26 capítulos que no se corresponden necesariamente entre sí, sino que son más bien auto conclusivos. No es de extrañar que el mismo Watanabe haya reconocido que la idea original de Cowboy Bebop estaba para ser contada en formato de película, algo que hasta cierto punto se respetó. Cada capítulo es como una minipeli de 23 minutos, a la que se la conoce como “sesión” en referencia a las sesiones musicales de jazz.
Y ya que tocamos el tema música, hay que decir que Cowboy Bebop cuenta con uno de los soundtracks más brutales de la industria del animé. La mayoría de las canciones son de estilo jazz bebop, aunque también es posible encontrar demás géneros variados como el blues, pop, música clásica y heavy metal. La artista Yoko Kanno fue quien llevó adelante tamaña tarea, junto con la participación de su banda The Seatbelts. Sencillamente espectacular.
Los personajes principales cuentan con un carisma único, especialmente su protagonista, Spike Spiegel, aunque el resto no se queda para nada atrás. La acción es un denominador constante, pero a medida que transcurren los capítulos nos vamos adentrando cada vez más en la mente de los personajes: conocemos sus motivaciones, sus creencias y sus conflictos, lo que a su vez va abriendo camino para una lenta y progresiva línea de evolución. Mención especial también para el apartado de diseño a cargo de Toshihiro Kawamoto. Y ni que hablar de la animación…

Cowboy Bebop explora temas filosóficos como el existencialismo y su vacío, la soledad y las influencias del pasado. Marcó un antes y un después a la hora de narrar historias y cómo tratar a sus personajes. Ideal para estos tiempos de cuarentena. Nada más que decir...
SEE YOU SPACE COWBOY.
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