Caer para volver a levantarse. Reseña de “Shining Knight” (Stargirl S01E11)
- Juani Fissore
- 3 ago 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 2 jul 2021
Como me gusta cuando se hacen las cosas bien, cuando se llega a empatizar con los personajes, cuando tienen desarrollo, cuando se rompen.
En esta ocasión estamos ante un episodio de pausa, un episodio que no busca sorprender con acción, buenos efectos especiales ni coreografías de pelea sobresalientes.
Es un episodio cargado de emoción, de ruptura, de derrape. Un episodio que sabe jugar con las emociones del espectador mediante diálogos, y un sinfín de referencias al cómic que los fanáticos de estos productos, simplemente amamos.
Arrancamos con una secuencia del conserje de la secundaria de Blue Valley, Justin Arthur, totalmente desorientado. No recuerda absolutamente nada de su vida como Shining Knight y parece estar tocado mentalmente. Está buscando su caballo de batalla, luego de que ciertos flashes de su vida pasada vuelvan a atormentarlo.

Esto, recordemos, es producto de haber presenciado la pelea entre Stargirl y Shiv en el pasillo de la escuela, y reconocer el Bastón de Starman. Recuerda haber visto a Stripesy, y decide pedirle ayuda.
Al mismo tiempo, Courtney está devastada por la muerte de Henry, y Bárbara parece estar al cien por cien dentro del equipo, luego de comprobar mediante la grabación que, en efecto, Jordan Mahkent es Icicle.
En un determinado momento, alguien toca el timbre de la casa. Se trata, nada más ni nada menos, que de Sam Kurtis, el padre de Courtney. Al principio, la chica se resiste a creerlo, puesto que esto probaría que no es hija de Starman y toda su aventura de venganza por la muerte de su padre no sirvió para nada.

Luego de aceptar la realidad, Sam la lleva a dar una vuelta para conocerse mejor. En ese momento, Courtney se da cuenta que su padre es un don nadie que vive porque el aire es gratis, un fanfarrón inmaduro que las abandonó por miedo a una vida centrada.
Incluso, le pide el collar que le había dejado antes de marcharse, el objeto más preciado de Courtney, con el objetivo de venderlo para poder hacer una fortuna e invertir en un nuevo negocio que, como todos suponemos, se trata de otra mentira.
La chica, totalmente vulnerable para con sus emociones, acepta dárselo. Pero cuando Sam se está yendo Pat lo alcanza diciéndole que no vuelva nunca más, y luego de una broma de mal gusto respecto a lo vieja que se volvió Bárbara, este lo golpea y lo deja tirado en el suelo.

Una pequeña decepción en este sentido, ya que esperaba mucho más de este personaje después de la tremenda intriga que nos dejó el episodio anterior, pero esto es lo que tenemos.
Por supuesto, esto sirve para que Courtney pierda la fe en sí misma y no comprenda por qué el Bastón la eligió a ella. Esta inseguridad hace que el artefacto místico deje de funcionar y ella decida que no es la verdadera elegida para ser la sucesora de Starman.
Por otra parte, Justin va a visitar a Pat a su taller, y este lo encuentra totalmente desquiciado, hasta el punto en que alucina con que Stripesy en realidad es Dragon King, y busca atacarlo con Excalibur, la espada del Rey Arturo.

Pat logra tranquilizarlo, y junto a Beth y Rick, logran que les cuente su historia para así ayudarlo a recordar.
Justin era Shining Knight, un caballero real del ejército del Rey Arturo. Al morir, éste le da su espada Excalibur a Justin, y le pide que siga su legado. La espada le concede la inmortalidad y, a lo largo del tiempo, cruza su camino con Dragon King, a causa de quien termina creando a los Siete Soldados de la Victoria, equipo del cual formaron parte Stripesy y Star-Spangled Kid.
Desde la otra vereda, Brainwave recuperó su memoria gracias al experimento llevado a cabo por Dragon King en el episodio anterior, por lo que el Proyecto Nueva América está listo para ser puesto en marcha. Por supuesto, no pierde la ocasión de revelarle a Icicle la identidad de Stargirl.

Jordan, sorprendido, se escabulle dentro de la oficina de Bárbara y espía en su ordenador, encontrando las búsquedas que ella había hecho sobre Icicle en el episodio pasado, y confirmando la revelación de Brainwave.
El villano telequinético, da un discurso en la escuela sobre la muerte de su hijo, lo cual lo hace ver como un villano terriblemente frío. Como era de esperar, no pierde la oportunidad de comunicarse telepáticamente con Courtney para confirmarle que ya recordó quien es.

La protagonista, aterrorizada, vuelve a su casa e intenta por todos los medios activar el Bastón, ya que no le queda otra que luchar contra Brainwave antes que éste ataque a su familia.
Obviamente, el Bastón no enciende. Stripesy le dice que este elemento no va a funcionar con alguien que no se tenga la confianza suficiente como para usarlo, puesto que la pondrá en peligro.
Courtney vuelve a su idea de no ser la elegida, pero Pat le recuerda que el Bastón no la eligió por ser la hija de Starman, algo que él ya sabía de antemano. El Bastón la eligió por ser quien es, por ser la verdadera Stargirl.
La chica, esforzándose enormemente por escapar de sus demonios internos, logra relajarse y pensar en frío, momento en el que el Bastón vuelve a encenderse.

Realmente, un capitulazo. La actuación de Brec Bassinger en este episodio es sublime, superando ampliamente todo lo realizado en la temporada. Verla quebrada, insegura, sin creer en si misma fue algo que me pegó de lleno, posiblemente porque me sentí identificado con el personaje. Pero realmente me llegó, y me hizo creer su papel. Excelente.
Todo esto tiene un fin, como es de esperar. Acabamos de presenciar a la heroína caer, y ahora queremos verla levantarse. Se viene el final de temporada, señores. Y promete ser tremendo.
¡Nos leemos la semana que viene!
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