All-Star Western y el resurgimiento de un género apagado entre las cenizas del olvido
- Juani Fissore
- 3 oct 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 1 jul 2021
Actualmente, el género superheroico domina casi por completo el mundo de las viñetas, vendiendo mucho más que otras propuestas ajenas en temática que se ven eclipsadas ante las inimaginables cifras comerciales que manejan las capas, los trajes de tela y los superpoderes.
Algunas de estas propuestas “no superheroicas” incluso fueron desapareciendo gradualmente debido al enorme beneficio económico que “lo mainstream” generaba, como puede ser el caso de las historietas Pulp, Noir (con el permiso del revival que se produjo con Sin City) o las clásicas de detectives.
Pero hubo una propuesta en particular que había quedado cubierta por el polvo añejo de los años ’40, y que fue rescatada por una de las empresas dominantes en el mercado actual. Estamos hablando de DC Comics y su All-Star Western para The New 52.

Esta nueva idea serviría para introducir a Jonah Hex dentro de la nueva continuidad editorial, siendo un personaje que había quedado reducido a un mero secundario debido a su caracterización desfasadamente propia del lejano y salvaje oeste. Aun así, conforme fueron avanzando los números, la publicación dejó de estar dedicada exclusivamente al sheriff de cara quemada, sino que, a modo de anexo, empezó a recuperar personajes relacionados con este género que habían quedado ya muy viejos (algunos incluso de la edad de oro) y a presentarlos en unas pocas páginas por número con el objetivo de que a futuro puedan conseguir una serie propia (meta que, por supuesto, nunca llegó a cumplirse).
De esta manera, All-Star Western terminó contando historias de El Diablo, Barbary Ghost, Nighthawk & Cinnamon, Bat Lash, Terrence 13, Tomahawk y una especie de primera versión de Stormwatch formada en el Siglo XIX e integrada por Adam One, Jenny Freedom y Master Gunfighter (siendo esta la única publicación totalmente nueva en aparecer en la revista).
La serie contó con Justin Gray en el guion (quien ya había trabajado en la publicación en solitario de Jonah Hex durante 70 números desde 2005 hasta 2011) y Jimmy Palmiotti a los lápices, que se había ganado una buena reputación en DC gracias a sus magníficas interpretaciones de Hawkman y Superboy.
El objetivo era revivir el western más duro, producto de las películas de Clint Eastwood y los clásicos de John Wayne. Esta tarea era muy complicada debido a que era un género prácticamente olvidado por los lectores contemporáneos, por lo que para lograrlo se buscó llenar la historia de referencias al Universo DC y relacionarla con sus compañeros superhéroes mediante estrategias muy sutiles. Está de más aclarar que lo lograron y muy bien, al menos en un primer momento.
La historia nos sitúa en Gotham (locación que nos dará mil referencias a cierto personaje) durante la década de 1880. La policía está investigando una serie de asesinatos cometidos por una persona a la que denominaron el carnicero, y solicitan la ayuda de Amadeus Arkham (personaje que, en un futuro, construirá uno de los manicomios favoritos de Grant Morrison) para establecer un perfil psicológico del asesino. Jonah Hex también está investigando el caso, sin tener nada que ver con la fuerza policial. No va a pasar mucho tiempo hasta que Hex y Arkham crucen su camino y se embarquen en el descubrimiento de una conspiración que va mucho más allá de un simple asesino, y que podría afectar radicalmente el futuro de Gotham.

Este es el punto de partida de una historia violenta y sucia, plagada de traiciones y giros argumentales muy bien llevados. Tenemos al Dr. Jekyll & Mr. Hyde, Vandal Savage y hasta a la Corte de los Búhos presentes en estas páginas, midiéndose a gatillo limpio con el primer antihéroe como tal de DC.
La serie arranca impresionantemente bien, y durante los 20 primeros números no hace más que subir, planteando muchos interrogantes y generando niveles de intriga muy particulares para lo que el lector actual está acostumbrado. El western había vuelto.
Lastimosamente, cuando el autor vio que sus conexiones indirectas con Batman funcionaban y la serie vendía muy bien, decidió volverla más mainstream todavía y alejarse del género característico del personaje. Es así como en el número #21 la serie tiene un giro de trama gigante (y forzado, todo sea dicho), y a partir de ahí tenemos a Jonah Hex en el presente, codeándose con el resto de superhéroes de la editorial.

Entonces, lo que podría haber sido llevado medianamente bien como un sheriff muy mala leche atrapado en un futuro que no comprende, termina siendo “un cómic más” de peleas y disparos con la pérdida de calidad correspondiente, lo que llevó a que fuera cancelada en el número #34. Sin lugar a dudas, una serie con una propuesta excelente que perdió su rumbo debido al hambre económico de una empresa cuyos fines no son otros más que vender.
Desde esta redacción queremos recomendar totalmente los primeros 20 números de esta colección (y quien quiera seguir leyendo que lo haga bajo su responsabilidad), ya que nos parece un género del que pueden salir muy buenas ideas y que en este título en específico se nos presentan varias muy bien explotadas. No todos los cómics tienen que ser de superhéroes.
Entonces tenemos una serie conformada por 34 números (más el clásico #0) divididos en 6 arcos argumentales, cuyo orden de lectura paso a detallar a continuación:
También te puede interesar
Comments